Nicolás Romero.- La fiesta anual organizada por el Núcleo Ejidal de la colonia el Tráfico, con motivo de la Revolución Mexicana, ofreció un Pachangón muy vistoso.
El evento se celebró dentro del terreno, “propiedad” del ejido, centro de reunión y deportivo, más conocido como las cancha de basquetbol del cono.
Así fue, por un instante la actividad social volvió a aquel lugar que ha permanecido cerrado por medio año. Una convivencia que reunió a más de trecientas personas, donde un majestuoso baile (y torturante para muchos vecinos) hizo gala con alto volumen y luces multicolores.
Para realizar este evento, informan los vecinos y locatarios, que los organizadores, de manera descarada pasaron a pedir una cooperación para subsanar los gastos de la celebración. Descarada, como sustantivo calificativo, a la manera con que los ejidales dieron la cara para la coperacha, a sabiendas que los vecinos que habitan cerca de la cancha, antes mencionada, han recibido la negativa de este grupo, para reabrir el espacio deportivo.
¿Qué pasó, señores ejidales? No han escuchado eso que en el “Pedir está el dar” ¿Qué le han dado a sus vecinos para que puedan pedir ustedes con tan agradable tacto?
De momento continúan cerradas las puertas de la cancha, y los niveles de representación ciudadana en el Tráfico (delegado y presidente de Comité de Participación Ciudadana) no se comprometieron para su elección en dar una solución al caso del área arrebatada por el Núcleo Ejidal, de esta colonia.
El evento se celebró dentro del terreno, “propiedad” del ejido, centro de reunión y deportivo, más conocido como las cancha de basquetbol del cono.
Así fue, por un instante la actividad social volvió a aquel lugar que ha permanecido cerrado por medio año. Una convivencia que reunió a más de trecientas personas, donde un majestuoso baile (y torturante para muchos vecinos) hizo gala con alto volumen y luces multicolores.
Para realizar este evento, informan los vecinos y locatarios, que los organizadores, de manera descarada pasaron a pedir una cooperación para subsanar los gastos de la celebración. Descarada, como sustantivo calificativo, a la manera con que los ejidales dieron la cara para la coperacha, a sabiendas que los vecinos que habitan cerca de la cancha, antes mencionada, han recibido la negativa de este grupo, para reabrir el espacio deportivo.
¿Qué pasó, señores ejidales? No han escuchado eso que en el “Pedir está el dar” ¿Qué le han dado a sus vecinos para que puedan pedir ustedes con tan agradable tacto?
De momento continúan cerradas las puertas de la cancha, y los niveles de representación ciudadana en el Tráfico (delegado y presidente de Comité de Participación Ciudadana) no se comprometieron para su elección en dar una solución al caso del área arrebatada por el Núcleo Ejidal, de esta colonia.
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