martes, 15 de diciembre de 2009

Tantito Verde



La corrupción, fenómeno social, también afecta a la naturaleza. Los permisos otorgados por funcionarios corrompidos, hacen crecer a las empresas que no están comprometidas con el medio ambiente.

Existen pequeñas, medianas y grandes empresas que no toman en cuenta hacia donde van sus desechos contaminantes. El aumento de autolavados, los cuales, echan al drenaje sustancias tóxicas que debieran ser tratadas de manera especial y contratar servicios que capten los residuos de aceites y grasas. Además que el agua debe tener una planta de reciclado. La industria textil, también golpeada por la crisis y la entrada de productos baratos, principalmente de oriente, lanza de manera brutal a los ríos, químicos venenosos con los que se tiñen las telas (a caso creías que el río cambiaba de color nada más por que sí). Lo mismo pasa en negocios, donde al no tener drenajes, los residuos de comida, basura, agua jabonosa, pinturas, anticongelantes, solventes, grasas animales, refrescos, entre otros, van cuesta abajo sin que se hagan responsables los autores de sus acciones dañinas.

Las multas por contaminar deben ser severas y aquellos quienes son responsables de hacer cumplir las leyes protectoras del medio ambiente, deben supervisar lo que se produce y los servicios prestados en cada demarcación.

La corrupción intoxica al ser humano, haciendo de éste, parte de los desechos contaminantes de la industria corrompida por servidores públicos, de manos no muy limpias.

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